lunes, 7 de octubre de 2013

Adolescentes hoy: más cerca del "flower power" que de los excesos.

En tiempos de  violencia, vandalismo, y excesos ellos también cultivan un perfil solidario y son los menos discriminadores. Cuáles son los dos grupos de adolescentes que hoy crecen en la Argentina




Todo en la vida de los adolescentes está lleno de claroscuros. Y es porque justamente en esa etapa de la vida todo se tensiona, persiguiendo los límites.
Todas las edades de la vida tienen su cuota de innovación para que sean vitales, pero en la adolescencia hay más cambios, una etapa de plena transformación . Hoy ellos están en el ojo de la tormenta y mientras crecen buscando su propio destino.
Su rebeldía natural y la búsqueda de límites que los hace transitar muchas veces por la delgada línea entre lo permitido y lo prohibido, ¿carga a los adolescentes actuales de "mala prensa" por parte de la sociedad?  
Ellos también tienen otra cara. Una cara más cándida y hasta con un cierto toque de ingenuidad  que los hace transitar livianos y con más apertura por los tiempos contemporáneos. 
La cuestión atractiva para el debate es entender que los jóvenes y sus conductas  no surgen disociadas de un contexto, sino que son parte de él.
Los adolescentes hoy quedan envueltos en la mala prensa que la sociedad muchas veces les adjudica. Ellos crecen llenos de etiquetas y en general, los adolescentes actuales y los argentino en particular circulan por este tiempo "cargados de buenas noticias". Se trata de un grupo social compasivo, solidario y son los que menos discriminan.


Ante todo entendamos que los adolescentes son parte de la sociedad-comunidad  de la que todos nosotros formamos parte. Y algo muy importante para interpretar a los adolescentes es el clima del imaginario social en el que se vive.

El contexto importa  
Los adolescentes viven hoy en un contexto sociocultural-político y económico del cual reciben estímulos y los metabolizan según las variables de cada grupo social al que pertenecen. Es a partir de esa metabolización que realizan sus respuestas.
"Hoy en nuestro país este contexto sociocultural-político y económico es altamente conflictivo y los adolescentes que necesitan transitar una etapa llena de proyectos y trabajo inclusivo, están viviendo ya no tan sólo con cuotas de incertidumbre,  sino también con una sensación de inseguridad y peligro", explica Abadi.
¿Qué genera esto? Un ramillete de sentimientos: ansiedad, sentimientos de desprotección e indefensión; vivencias de desgano e impotencia...o violencias reactivas. 

Nuevos caminos de la vida
A pesar de la intensidad de los tiempos contemporáneos, los adolescentes tienen un estilo cooperativo y no tienen problemas de homofobia como los adultos. 


"La mayoría de ellos son empáticos por naturaleza. Viven más natural y espontáneamente la sexualidad que los adolescentes de hace 10 años atrás", agrega Almada.  Y como durante la  adolescencia comienza la búsqueda de una nueva identidad, los padres se transforman en seres de carne y hueso, se termina la idealización".
Comienza, además, la etapa en donde abandonan el cuerpo infantil y comienzan a tener otro tipo de sensaciones. Y quienes aparecen como  incondicionales compañeros de ruta son sus pares, los amigos. Por  eso se forman esas tribus tan fraternas e incondicionales.

En la adolescencia hay una prueba de casi todo. Tiene que ver con su búsqueda de la identidad. No conocen su cuerpo, no saben cuánto aguantan. Por eso los casos que se conocen de comas alcohólicos y excesos a veces tan usuales en grupos de jóvenes. Hay que revisar y apuntalar los vínculos de aquellos que los rodean. enseñarles a querer la vida y estar atento y ver las señales que ellos dan, siempre hay señales.


Tecnología y vandalismo, parte del debate
Entre los jóvenes el poder de las redes sociales, como fuerza arrolladora para agruparse entre pares y la capacidad de libre elección, crea un nuevo tiempo: el de la diversidad multicultural y  multiracial, mezclando estratos sociales. 
Los jóvenes hoy son activos, se agrupan y persiguen sus ideales. El punto es la justa medida para no caer en excesos y violencia.
Los hechos ocurridos en la ciudad de Buenos Aires con más de 15 colegios secundarios "tomados", actos de destrozos y vandalismo en la iglesia San Igancio de Loyola, avivaron el debate.
Según el psicoanalista José Abadi se pueden categorizar dos grupos de adolescentes en la argentina de hoy :
"El  tronco fundamental de los jóvenes argentinos, la mayoría podríamos decir, no tiene conductas teñidas por el exceso y lo patológico. Sino que transitan un proceso de búsqueda, adaptación y lo intentan con los recursos que tienen;  crecen y disfrutan. Para lograr esto, se necesita contención,  apoyo, enseñanza y límites. De la familia, la  escuela y las instituciones sociales". 
"Y hay otro grupo -más marginal-  en donde la conducta, influenciada por su propio contexto es inadecuada -continúa Abadi- . Y deriva en conductas perjudiciales para otros, agresión destructiva, indiferencia y adicciones . En estos casos,  lo que vemos es la imposibilidad de enfrentar con recursos sanos la realidad, con todos sus colores a cuestas, y por eso aparecen distintas formas de fuga y violencia. Ahora, es importante no hacer del segmento marginal la totalidad de la juventud", remata Abadi.
En muchos casos de acoso escolar y noviazgos violentos, los agresores en general son chicos que vienen eyectados de la violencia familiar en su propia casa. Es decir, replican el modelo, la violencia familiar degrada al adolescente.  


"A los adolescentes hay que ayudarlos a forjar su propia autonomía, es fundamental brindarles seguridad. Ellos hoy no andan peleando por el mundo, les interesa más la búsqueda de la paz y una búsqueda empática del lazo social. Sin embargo, muchas veces se los estigmatiza y tienen mala prensa porque cuestionan, y muchas veces molestan porque no tienen miedo"
Fuente: Infobae.

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